PORQUE BAJO LA BOLSA
Fin de enero y comienzos de febrero sorprendió a la mayoría de los “bolseros” con bajas de consideración en la Bolsa, cosa que no sucedió con tremenda violencia en otras partes del mundo.
Si bien era un hecho importante la suba de las acciones desde el momento en que ganó las elecciones Milei, no dejó de llamar la atención la envergadura de la caída.
A veces no tiene demasiado sentido explicar algo luego de la debacle, pero en este caso merece un mínimo análisis. En primer lugar, no le fue bien al gobierno en la negociación con el Fondo Monetario Internacional en la visita del organismo a la Argentina. Toto Caputo no pudo conseguir nada fuera de la lógica en este tipo de negociación. El ministro no aceptó devaluar con flotación sucia. El organismo internacional pretendió un dólar no menor a $ 1400 y la terminación del cepo cambiario sin desembolsar más de un stand by común para estos casos, que sólo permitan afrontar los vencimientos puntuales. Se notó en la negociación la influencia del chileno Vazques, pese a estar ausente.
Es obvio que el presidente Milei no arriesga el resultado electoral de octubre y le da absoluta prioridad a la baja de la inflación.
Este es un tema coyuntural para interpretar la baja del mercado, pero hay otros. El pobrísimo discurso del presidente Milei en Davos y la salida de la Argentina en la OMS, copiando a Trump que revería esa decisión, tampoco ayudaron.
La suba de los últimos meses llevó a que algunas empresas soliciten capitales a los inversores a través de suscripciones. Ampliar los capitales de las empresas es una forma también de diluir la participación de los minoritarios. No siempre es bueno pese a que se prometan obras y negocios con los nuevos fondos.
Pero hay un tema más importante. El futuro del fondo de garantía de sustentabilidad de las acciones, que en su momento fueron succionados a las AFJP y que no pueden tocarse de acuerdo a la ley. Más temprano que tarde el gobierno disolverá este instrumento y las empresas involucradas intentarán comprar estos paquetes. Y a nadie le gusta pagar en demasía.
La pregunta del millón, ¿qué hacer hoy? Comprar, vender, caucionarse para comprar y aprovechar estos precios? Lo razonable parece ser hacer la plancha y esperar la normalización del mercado.
Muchos se preguntan porque Costantini no defiende el precio de su acción que cotiza a valores insólitos. La respuesta puede tener en cuenta el factor señalado anteriormente. El “floating” de Consultatio es de sólo el 3% del capital y ANSES tiene el 26%. De venderse dicho paquete, su futuro estará en Wall Street, seguramente.
Héctor Tavares
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