El atractivo que tienen los mercados es que son impredecibles. Y nos referimos a la Bolsa expresamente.
En términos teóricos, cuando existe recesión los manuales indican que “hay que vender”. Esto explica las últimas ruedas de la plaza accionaria, donde en la mayoría predominó la oferta y hubo baja de precios de consideración. Pero en el caso argentino, la decisión de vender cualquier acción es arriesgada. En efecto, se da en un momento especial, cuando aparecen buenos balances que no son tenidos en cuenta. Tampoco los que prometen dividendos interesantes. Todo es igual, nada es mejor. Los fundamentalistas dirían con razón que la Bolsa es anticipación y por lo tanto el momento t ya pasó y están mirando el t+1, t+2, etc.
Pero, quién puede predecir? Hace un año nadie apostaba a que Milei iba a ser el presidente liberal que hoy gobierna la Argentina. A nivel mundial, nadie predijo la guerra entre Ucrania y Rusia ni el atentado de Hamas que dio lugar a una guerra en Medio Oriente. Todos estos hechos influyen en los mercados.
En nuestro país, hoy hay que tomar con pinzas muchas de las variables que siempre fueron las utilizadas en los análisis. Evaluar el valor libro en una economía inflacionaria es por lo menos arriesgado. Lo mismo comparar el “price earning” en papeles que tienen un claro cambio estructural. Puede llevar a errores significativos.
Si bien tuvo un par de años buenos el Merval, quién asegura que la Argentina con este nuevo gobierno no tendrá inversores del exterior?. Las capitalizaciones bursátiles en muchas acciones distan de asustar a los que buscan ganancias en plazos razonables. Tampoco entienden por el valor de muchas acciones por debajo de un dólar, de 10 dólares, etc.
Una muestra de la incertidumbre es el mercado de cauciones. Hay tomadores que compran acciones a estos precios y muchos que lo hacen para cubrir los gastos corrientes del mes. Otros colocan a la espera de mejor momento para entrar a la Bolsa. Un mercado equilibrado con tasas razonables.
La gran baja de comienzos de marzo responde, como señalamos, a la incipiente recesión que tiende a incrementarse en los próximos meses y a la caída del dólar. Pero alguien puede afirmar que ya el año está perdido?. La fuerte recuperación a partir del martes es una prueba. ¿Alguien había anticipado la gran baja de tasas dispuesta por el BCRA y la amplia apertura importadora para seguir bajando la inflación?
El cambio estructural de la Argentina puede dar sorpresas y antes de lo que muchos piensan. Tomar posiciones en los papeles con buenos balances y dividendos no es una aventura, a estos valores. Como dice Morgan Housel, el autor de “La psicología del dinero”, en las inversiones “hay que identificar el precio del éxito -volatilidad y pérdidas ante un largo telón de fondo de cambio-y estar dispuesto a pagarlo”.
Héctor Tavares
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